Ultimamente como dicen mis conocidos, en el blog estoy yo "en estado puro", vuestros comentarios lo dicen todo...y es que cuando me pongo me pongo.Hoy es un día un poco especial...tengo "jet lag" y eso que no me he ido de viaje.
Lo que sí es verdad es que he hecho un vuelo, un vuelo breve pero intenso, ni siquiera diría yo que ha sido un viaje, ha sido simplemente montar en avión, volar, aterrizar...
Y es que yo soy así, impulsiva, intuitiva...me dejo llevar y guíar por el corazón que es muy mal consejero y precisamente por mi debilidad Dios me permite ver y experimentar cosas que me hablan claramente, sin tapujos...porque quizá mi fe es tan pequeña que no sé entender de otra forma.
La verdad es que a veces vuelas y parece que allí arriba, entre las nubes, te olvidas de las cosas, sales de realidad, de tu vida...y no piensas siquiera que has de volver. Pero Dios, que me quiere con locura, que me observa; me deja libre para hacer ese viaje...y por suerte, nunca levanta su mano de mi cabeza.
En un momento del viaje, de ensoñación, de evasión, de fuga...siempre pone algo que abre mis ojos, siempre.
Y los ojos se abren justo a tiempo de ver la pista de aterrizaje...de sentir el miedo a que el piloto falle, a que algo salga mal como en las pelis...y no me gusta esa sensación, preferiría pasar sin ella...pero al final, cuando aterrizo, siempre suspiro y doy gracias, porque vuelvo a casa.
En toda experiencia Dios da una oportunidad para amar y ser amado...y sí se descubre, a pesar de los sufrimientos, se encuentra un sentido, una alegría, una misión concreta para tí y para los demás...que no es otra cosa, que el mismo Amor.



