viernes, 23 de julio de 2010

UN REGALO PARA TODOS

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Una madre de familia de numerosa creo que no tiene muchas oportunidades de ir al cine, como mucho, algún estreno infantil de temporada o alguna super recomendación muy puntual. Por eso, como las oportunidades son pocas y encima, el cine vale una pasta, una selecciona mucho antes de elegir. Pese a todo, he salido en más de una ocasión escaldada y con la sensación de que me han dado gato por liebre cuando he ido a ver una peli de estreno. ¿A qué me refiero? Pues, principalmente a que la tendencia de los últimos años, creo es hacer pelis de niños que son muy poco de niños.
Es un tema que me pone de los nervios. Porque creo que con el pretexto de hacer mejores taquillas (y otros pretextos de aún peor calaña), se ha tendido a hacer películas de animación con demasiada "moralina" o carga "intelectual, social, etc.", que si bien al ser de dibujos están enmascaradas como infantiles, en el fondo, están dirigidas a un público más bien adulto.
Habrá quién defienda esta postura; pero a mí me gusta que, cuando voy al cine con mis hijos, todos ellos niños, las películas estén dirigidas a ellos, con mensaje para los adultos, sí, como toda la vida, pero mensajes que se deduzcan o se interpreten, no que me los metan con escopeta camuflados con muñequitos. Y sobre todo, que no me los impongan...y menos, a mis hijos, que aún no tienen edad de discernir y son esponjas. Hay valores universales que todos podemos compartir en mayor o menor medida, pero otras cosas...

Me pasó con una película que ha sido todo un éxito, que la han puesto por las nubes, que a todo el mundo encanta, "Up"; es tal la cantidad de temas, información, carga psicológica, emotiva, moral, etc...que al final no sabía bien qué había visto ni de qué trataba exactamente la peli y, por supuesto, no me quedó la sensación de haber ido a ver una película de niños. Tiene puntos muy buenos, si, secuencias maravillosas. Pero el mundo infantil, queda relegado, desde mi punto de vista, a un segundo plano.

Pues bien, hoy rompo una lanza a favor de un estreno de temporada que fui a ver ayer y que fulmina, para mí, completamente, esta tendencia que, como digo, creo se ha instalado en el cine de animación infantil. Es una peli para niños, pero que, además, me atrevo a decir, que a ningún adulto dejará indiferente:Toy Story 3.

Creo que toda la serie de Toy Story es estupenda, verdaderas obras de arte desde el punto de vista técnico, llenas de colorido, de acción, tramas cuidadas...En esta, Pixar se sale. La tecnología 3D es algo impactante. ¡Qué detalle!, ¡Qué belleza! Me quito el sombrero.
Yo las he visto de mayor, pero creo que ningún niño se puede resistir al maravilloso mundo que muestran y a la desbordante imaginación que derrochan.

Al margen de la técnica, Toy Story 3 es una película llena de valores, de buenos sentimientos, emotiva, dinámica, divertida. Para mí, lo tiene todo. Es para niños de todas las edades, porque todos tienen hueco. La historia es trepidante, llena de color (ante la moda de los "grises" que también invade muchos de los dibujos animados infantiles), caras amables, toques de humor, con contenido de principio a fin, no hay secuencia vacía. Respeta a los niños y no les toma por tontos que todo se tragan. Les mantiene atentos y les engancha completamente.

¿Qué lleva detrás? Superación de dificultades, esfuerzo, trabajo en equipo, amistad, solidaridad, bondad, alegría, actitud siempre positiva, unidad...AMOR. ¿Se puede pedir más? Pues sí, todo ello presentado de una manera absolutamente natural, sin violencia, sin truculencia, sin malas palabras, sin obscenidades ni dobleces. Una película que no violenta, porque está basada en todo lo bueno que tienen las personas. En definitiva, una película que reconforta.

Para los adultos, también es un buen repaso, nos toca la fibra, pero todo queda ahí, en segundo plano, para la reflexión, para interrogarse... la película está llena de mensajes evidentes para nosotros pero en los que un niño no está obligado a detenerse, de crítica a algunos de los males de esta sociedad, de guiños a realidades sociales, y también, por qué no, de un sentimiento de "nostalgia positiva" hacia muchas cosas que ya hemos dejado atrás pero que jamás olvidaremos y que seguro que a más de uno conmueven y le hacen soltar más de una lágrima (me incluyo).

Os la recomiendo al máximo. No quiero desvelar más. Simplemente, ¡¡No os la podéis perder!! Saldréis del cine con el corazón agrandado, con una sonrisa en la cara. En una palabra: LLENOS.
No quería dejar de hacerlo y de escribir este post porque aún hoy me dura el "poso" de alegría que me ha dejado la peli, y sobre todo, otro poso, que es un deseo: el de querer ser mejor persona.

Y si la veis o ya la habéis visto...me encantará que me digáis qué os ha parecido. ¡Espero vuestros comentarios! Porque de aquí...pueden salir muchos debates.

¡¡Buen finde!!


martes, 29 de junio de 2010

¡TÚ, SI QUE VALES!



Ayer recibí un correo de esos que hacen pensar. Es una historia real y en estos tiempos en los que el valor de la vida está en entredicho, en que la importancia de la persona en sí misma no se estima si no es términos de "productividad", me pareció especialmente valiosa.

Todos tenemos algo que nos hace únicos y diferentes, algo que marca nuestra existencia y la de las personas que nos rodean. ¿Lo valoramos?, ¿Estimamos la vida o la despreciamos? Por desgracia, esta cadena se rompe y muchas veces, no somos conscientes de las consecuencias o no podemos preverlas, y en otras ocasiones, como ocurre con el aborto o la eutanasia, nuestras acciones, además, no tienen vuelta atrás.

El correo contaba un proyecto llevado a cabo por una profesora en el último curso de Secundaria, en un Instituto de Nueva York. Al finalizar el curso, llamó a los alumnos de su clase uno por uno para condecorarles y decirles la diferencia que cada uno había aportado a la clase y a ella, de modo personal. Les entregó un pequeño lazo azul con letras doradas, en el que se podía leer:

"Who I am, makes a difference" (Quién yo soy, marca la diferencia)

Luego, decidió hacer un pequeño experimento para ver el impacto de esta experiencia en el barrio, y entregó a cada alumno tres lazos para que repartieran uno a aquella persona que fuera especial para ellos, y le entregaran los otros dos para que esta persona siguiera la cadena. En una semana, pondrían en común en la clase el resultado de su experiencia.

Uno de los alumnos decidió ir a una empresa de la zona donde uno de los jefes de proyecto le había asesorado y ayudado a la hora de decidir su futuro profesional y como encaminar sus estudios. Le explicó que su ayuda y su colaboración le habían servido de mucho para orientarse y que gracias a su ejemplo iba a cursar Adminstración de Empresas. Le entregó los otros dos lazos azules y le pidió que hiciera lo mismo que él había hecho.


El ejecutivo se sintió muy reconfortado y sorprendido por la muestra de agradecimiento de este alumno y decidió ir al jefe de la compañía, un hombre bastante hosco y parco de palabra, para agradecerle la oportunidad que le había dado en su día cuando le contrató y expresarle su admiración por ser un "genio de la creatividad", capaz de mover a todo un grupo de gente y crear un producto exitoso.
El jefe no daba crédito a lo que estaba ocurriendo, pero aceptó agradecido el lazo azul que le entregaba su empleado. Éste, por último, le entregó el tercer lazo azul y le explicó que todo ello formaba parte de un proyecto de fin de curso del Instituto del barrio y que, por favor, entregase el lazo a una persona que él admirase y valorase especialmente.


El Director de la empresa, tomó también este lazo. De camino a casa se preguntaba a quién podía entregarlo. Cuando abrió la puerta, encontró en el salón a su hijo de catorce años sentado en el sofá. Se sentó junto a su hijo y le habló:

"Mira hijo, hoy me ha pasado algo realmente extraño en el trabajo, uno de mis empleados me ha regalado este lazo azul y me ha dado las gracias por haberle dado su primera oportunidad. Me ha dicho que yo había sido una persona importante y especial para él, ¡Fíjate, cree que soy un "genio creativo"!. Luego me ha puesto este lazo azul que dice: "Quién yo soy, marca la diferencia" y me ha dado este otro para que yo distinga a alguien con el mismo honor.
Hijo, mis días son herméticos, con largos horarios de trabajo. Cuando llego a casa, normalmente no te presto mucha atención, te grito por no haber terminado los deberes o por el desorden de tu habitación. De alguna forma, hoy quería sentarme aquí contigo y decirte que tú haces la diferencia para mí. Además de tu madre, tú eres la persona más importante para mí, eres un gran chico y te quiero".


En ese momento, el chico empezó a llorar desconsoladamente, con la cara entre sus manos. Estaba en shock. Entre lágrimas, miró a su padre y le dijo:
"Papá, ayer por la noche, estaba solo en mi habitación y decidí escribiros una nota a ti y a mamá explicándoos lo que iba a hacer con mi vida y pidiéndoos perdón. Pensaba suicidarme esta noche cuando estuvierais dormidos. En verdad no pensé que yo os importara mucho. La carta está arriba, en mi habitación, pero ahora, creo que ya no la necesitaré realmente".

El padre, asustado y aturdido por la respuesta de su hijo subió rápidamente a la habitación y encontró la carta sobre la cama. Era una carta desesperada, llena de angustia y miedo. Junto a ella, bajo la almohada encontró una pistola, la que guardaba en la caja fuerte".


Al día siguiente, este Director, cuando volvió a su empresa estaba transformado. Desde aquel día se esforzó por no ser tan distante de sus empleados y valorar a cada uno según sus cualidades, haciéndoles ver por qué marcaban la diferencia.
El joven empleado siguió realizando tareas de formación y asesoramiento a jóvenes de secundaria. Nunca olvidó decirles por qué ellos marcaban una diferencia en su vida.
En consecuencia, los alumnos de aquella clase de Secundaria aprendieron una valiosa lección:


"Quién tú eres, SÍ marca la diferencia"

Este post es una invitación a sentirnos valorados y a valorar a los que nos rodean, que, muchas veces, son los que más nos pasan desapercibidos. Porque esto, sí tiene remedio y es necesario, porque de que lo hagamos o no, dependerán sin duda muchas cosas, entre otras, quizá, salvar una vida. Espero que os haya gustado.

viernes, 18 de junio de 2010

BEBÉS

Ya es viernes, y parece que con las vistas puestas en el fin de semana, tenemos más tiempo para todo. Yo confieso que aunque ando acelerada con mil cosas, he tenido un par de minutos para ver este trailer que os dejo y que merece la pena no perderse.

Es una película que se va a estrenar, en España no sé cuando, la verdad es que promete. El trailer es, cuanto menos, emotivo y yo ya estoy deseando que llegue, porque no me la pienso perder.

En resumen, diré que es la historia del primer año de cuatro bebés nacidos en cuatro partes del mundo completamente distintas. Con el video, cualquier explicación, sobra.

Espero que os guste.

¡¡Buen fin de semana!!


viernes, 11 de junio de 2010

EN CATIUSCAS


Cuando parecía que había que guardar ya las catiuscas, la gran nube negra planea sobre Madrid y sobre media España. Sinceramente, he tardado como un mes en cambiar los armarios y ahora no me voy a poner a desempaquetar cajas, ¡ni de broma! Así que, con esta determinación, tengo a todos los niños moqueando y tosiendo como posesos, eso sí, con los pantalones cortos al cole, como Dios manda.

Lo que sí he decidido, después de dos años blogueando, es cambiar el look de la página, aprovechando el nuevo "diseñador de plantillas". He visto "diseñador de plantillas y como una loca me he puesto a probar modelitos cómo si estuviera en las rebajas del Corte Inglés. "Plantillas, plantillas, ¿Y porqué blogger no me diseña una plantilla para organizar el mes de junio?" he pensado en un momento.

Necesitaría una plantilla para diseñar fines de semana, otra para diseñar "niños sin cole por la tarde", otra para "preparar cumpleaños varios". Hoy, en concreto tengo a un montón de niños en casa, es el cumple de mi hija, es la primera vez que lo celebra con amigos y bueno...os podéis imaginar la emoción que tiene la pobre mujer en el cuerpo. A mi también me tiemblan las piernas, pero por otros motivos. Hoy, en el cole, me he encontrado con una mamá y me ha dicho: "¡Qué valiente eres, mira que hacerlo en casa!".

¿Valiente? Nada de nada. Valiente es llevarles al parque de bolas, que hace un calor tremendo y huele a "quesos", sin miedo a que se descoyunten o al Burguer y que terminen las patatas volando hacia la mesa de enfrente mientras la Fanta se precipita por la barandilla hacia el piso de abajo. En casa, siento que tengo más el control y a ellos les encanta, porque de paso, cotillean "la casa de fulanita", que anda que no son "marujillos" los pobres.

Lo que ocurre es que, la Ley de Murphy, en estos casos, funciona de maravilla y ayer, justo antes de empezar una cena que teníamos con amigos y con el lavavajillas lleno hasta reventar, el susodicho decidió que iba a la huelga, como los funcionarios, y con un sonido bastante lastimero, dejó de funcionar. ¿Dónde está Merlín el Encantador? Necesitaba un "Hóquiti Póquiti" para aliviar la pila de cacharros, porque oye, cuando una prepara una cena, encima se recrea en los detalles y hace el gran despliegue de copas, cubiertos y demás menaje. En fin, qué contaros, que opté por apagar la luz, cerrar la puerta e irme a la cama. (Confiando en que Merlín hiciera acto de presencia).

Hoy el día "X", mi casa está fina, cuando entré en la cocina me resonaban los Abba cantando, Waterloo...Melín me ha "fallaó". Pero oye, ya de perdidos al río y, si hoy por la mañana era como un cajón de sastre, cuando se vaya el batallón de infantes (que no de infantería) que vendrán a merendar, seguramente se quedará incluso sin el cajón. ¡Qué eso ya me pasó!

Aún recuerdo la primera vez que celebramos el cumpleaños de nuestro hijo mayor y los niños sacaron hasta los tornillos internos de los cochecitos. Ni que decir tiene que estuvimos hasta las cuatro de la mañana ordenando el "desastre", porque del pobre cajón no quedaron ni las astillas.
A partir de entonces, los juguetes y otros enseres, en estas fiestas tan señaladas, son confinados a lo más alto de la más alta torre, lejos de ese instinto demoledor que tienen las criaturas.

¡¡Les quitaste los juguetes!! ¿Y qué hicieron? Pues nada, al año siguiente que eran más altos y gordos, decidieron subirse once de golpe a la litera y saltar al compás. A mí se me pusieron los pelos como escarpias, pero oye, pasé de largo por la habitación y me dije, si oigo algún golpe, espero que no sea la litera, que la acabamos de comprar jejeje. Se lo pasaron de miedo, como en los viejos tiempos, eso sí, a cambio de juguetes ya nos tocó hacer alguna que otra payasada. Es lo que tiene ser padre.

Este año no he tenido tiempo ni de quitar los juguetes, ni de quitar nada, la torre está a tope de cosas, cada vez más, ya no se ve ni a la princesa, ¿habrá huído?...Mucho me temo que, como me descuide, cuando esta tarde se vayan los niños me voy a encontrar con cosas que ya no recordaba ni que tenía...o quizá, la ropa de invierno de nuevo en los armarios, o lo que es peor... ¡ las catiuscas en mitad del pasillo!

Pero esto es el día a día, la alegría de la vida, y el azúcar y todo lo que quieras y en el fondo, hay que disfrutarlo. ¿Valiente? Ni de broma...espero dejarlo en "superviviente".

¡¡Buen fin de semana!!