miércoles, 10 de junio de 2009

VALORES EN DESUSO


¡¡Qué difícil resulta inculcar a los niños el valor del esfuerzo y la perseverancia!! En esta época de exámenes es una lucha...mis mayores desvelos son por el deseo de que entiendan que el estudio es necesario para aprender y no, simplemente, para aprobar un examen, ser el mejor de la clase o pasar de curso.

Si a los adultos nos pasa que queremos todo "ya", a los niños...ni te cuento; y el "saber", es algo tan poco tangible para un niño..."Si con poco consigo algo...¿para qué más?"...El problema es que ese "algo" que conseguimos y nos proporciona un placer inmediato...quizá, no nos aporte nada realmente "verdadero".

En los colegios yo creo que se ha perdido bastante el espíritu del "aprendizaje" y se peca un poco de "notitis", de "titulitis" y de querer estar a la cabeza en los rankings...En la sociedad impera el gusto por la "vida cómoda" y en la mentalidad, todo lo que suene a sacrificio es casi un tabú.

El otro día llegó a mí este vídeo que os pongo; y lo primero que me saltó a la cabeza es: "¡¡Madre mía!!, ¿Pero cuantas horas habrá estado entrenando esta mujer?, ¿Cuantas veces le habrá salido mal el número?, ¿Cuantas veces se habrá hecho daño?". Creo que después de verlo, a nadie se le escapará que, conseguirlo...no habrá sido tarea fácil.

A pesar de todo, el resultado es tan espectacular que, desde luego, invita a creer y a pensar que por muy inalcanzables que parezcan las metas...el esfuerzo, el sacrificio y la perseverancia, son valores que nos acercan a logros que de otro modo serían imposibles...y que para conseguir grandes cosas, antes hay que ir subiendo escalones pasito a pasito, sin conformarse.

Yo me considero una mujer con las ideas claras y relativamente "fuerte"...sin embargo las decepciones me dejan bastante tocada y tiendo a pensar con facilidad..."esto es imposible, total, ¿para qué?"

Sin embargo, si abro un poco los ojos, me doy cuenta de que un espíritu positivo, constante y bien proyectado hacia una meta, siempre proporciona un resultado cargado de "luz y belleza" frente a las sombras de la decepción...

La belleza del gozo.
La belleza de la armonía.
La belleza de la alegría.
La belleza de la satisfacción.
La belleza de la paz interior.

Y la "belleza", desde mi punto de vista, siempre engrandece el alma.