viernes, 14 de noviembre de 2008

EL SICÓMORO

Me ha llegado una preciosa catequesis sobre el Evangelio de Zaqueo que os dejo como reflexión para el fin de semana.

A mi me ha ayudado mucho, ayer tuve una experiencia dolorosa y que aún no he digerido, pero bueno, yo sé cómo soy, y me consuela saber que Dios también lo sabe.

Espero que os guste...¡Buen fin de semana!




El Sicómoro de Zaqueo. (Lucas 19, 1-10.)
Ángel Bellido Alem
22-04-2007
http://www.camineo.info/news/121/ARTICLE/2621/2007-04-22.html

Habiendo entrado en Jericó, atravesaba la ciudad. Había un hombre llamado Zaqueo, que era jefe de publicanos, y rico. Trataba de ver quien era Jesús, pero no podía a causa de la gente, porque era de pequeña estatura. Se adelantó corriendo y se subió a un sicómoro para verle, pues iba pasar por allí. Y cuando Jesús llegó a aquel sitio, alzando la vista le dijo: "Zaqueo, baja pronto; porque conviene que hoy me quede en tu casa". Se apresuró a bajar y le recibió con alegría. Al verlo todos murmuraban diciendo: "ha ido a hospedarse a casa de un pecador". Zaqueo puesto en pié, dijo al Señor: "Daré la mitad de mis bines a los pobres; y si en algo defraudé a alguien le devolveré el cuádruplo". Jesús le dijo: " Hoy ha llegado la salvación ha esta casa, porque también éste es hijo de Abraham, pues el Hijo del Hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido.

No trataremos todos los aspectos de esta palabra, como cabría, dado que trata abundantemente de muchos matices como por ejemplo: De la búsqueda del encuentro con el Señor. De los métodos para esta búsqueda. De los efectos de la conversión. Del desprendimiento de bienes. De la acogida en la casa de uno, etc. Hay para escribir largo y tendido sobre esta riquísima palabra, que no tiene desperdicio. Nos vamos a centrar en el árbol, El sicómoro, que es casi lo más accesorio, lo que pasa más desapercibido, de lo que casi nadie se refiere, y que no es ciertamente insignificante en nuestra vida. Por ello desvelamos rápidamente lo que entendemos que es el sicómoro.

En toda la cristiandad, la figura de María como portadora de Jesús al hombre tiene suma importancia, como lo son los profetas, portadores que anuncian al hombre a Jesús, así de igual forma sucede con todo acontecimiento del que se vale el Señor para anunciarse, o hacerse visible, por ello, el sicómoro sin más es la figura del elemento propicio para que tu y yo nos encontremos con Jesús, que es nuestro Moisés, que nos conduce a la vida libre, en medio de toda la iniquidad propia y ajena.

Sobre la falsa interpretación de las vicisitudes:

El sufrimiento tiene muchas vertientes, y sabemos de algunas de ellas, porque con sufrimiento nos ha rescatado el Señor, cuyo sufrir le ha llevado hasta la muerte. De todas las vertientes una de ellas es que el sufrimiento te saca de la burguesía, de la fantasía, de la nube acolchada de cada día y te sitúa en la realidad absoluta.

La pretensión del sufrimiento, no tiene respuesta, no sabemos la mayor parte de las veces ¿por qué? Solo Dios lo sabe. Pero seguro que no es humillar, ni disminuir al ser querido por Dios, pero puede servir para vaciar del orgullo personal al ser, para poderse remitirse al creador, para acercarse sobre la realidad al Señor de los Señores, y así solicitar impetrar su ayuda.

Otra cosa es que, el orgulloso se ve agredido al contemplar su debilidad, y su ofensa le conduce a separarse de Dios, a juzgarlo como injusto, en lugar de ver la Misericordia, que Dios tiene para con nosotros, que nos despoja de lo que nos sobra, de lo que nos habíamos creído falsamente, y ha poder dirigirnos sobre nuestra verdad a Dios libres de lo que no éramos, de lo que nuestra vanidad falsamente nos había echo creer y que nos impide ver a Dios que está solo en la verdad.

También a nivel existencial puede uno darse cuenta que cualquier circunstancia de sufrimiento de limitación en nuestros proyectos que se nos presenta como la oportunidad de vislumbrar al Señor, son aspectos que se parecen al sicómoro. Por eso, cuando empezamos a sufrir, el Señor nos convoca a solicitar su ayuda, a buscarlo a tener interés por el. Por ello, las circunstancias que nos llevan a la cruz que es nuestro árbol por excelencia son paralelos del sicómoro.

Desde la altura de la Cruz las garantías del encuentro con el Señor son totales, allí el Señor está, súbete sin dudar, que este madero te permitirá comprender ¿qué me pasa?, ¿porqué te llama el Señor? ¿Por qué desea encontrarse contigo?, ¿por qué conoce tu nombre y se hace el encontradizo? No creas que el desee que sufras, o que te veas limitado en las cosas temporales y terrenas, es justo todo lo contrario, El Señor desea que seas feliz por encima de las cosas que nos rodean, que te trasciendas, que alargues la vista y veas parte del cielo, por encima de la cizaña que nos impide ver a Dios.

Zaqueo sube al sicómoro. ¿Qué es el Sicómoro? Es un medio, un árbol, una pieza no decorativa y muy providencial que está en nuestro camino y en el camino del Señor.

Y.... ¿donde esta tu sicómoro o el mío? El nuevo Sicómoro es la Iglesia para nosotros, es un lugar preferente donde se tiene acceso al Señor, por donde seguro el Señor pasa.

Es verdad que la Iglesia es algo más que un simple sicómoro, por lo tanto si ponemos las cosas en su sitio, el sicómoro sería un resalte, un escalón, ya que la Iglesia es mucho más, es el cuerpo místico de Jesús, institución directa del cielo en la tierra, cuyos miembros somos todos nosotros, piedras vivas del templo y como cabeza es Jesucristo. Por lo tanto, no pretendemos con esta comparación dogmatizar, ni desvirtuar la doctrina oficial, que tan presente tenemos y de la que no quisiéramos desviarnos en nada.

Nosotros, somos pequeños como Zaqueo y la carga de nuestros pecados nos ha encorvado, con lo que nuestra medida es aun menor. Encima, nos vamos mirando siempre a nosotros mismos por nuestro egoísmo, por lo que no vemos casi nada cuando alzamos la vista, y Satanás nos ha comido la moral, o sea, que solo vemos el suelo. Vamos, que nuestro ser ya no alcanza a mirar a nada, y así estamos en medio del tumulto, de la multitud que nos sitúa en desventaja, de la vorágine de la supervivencia de cada día.

Pero, en el camino por donde pasa Jesús hay sicómoros, para que tu pequeñez no te impida vislumbrar al Señor. Y eso es la Iglesia, un lugar donde por su altura se facilita la visión del Señor, que ha buen seguro pasa por allí.

Y fruto de esa elevación artificial, de esta escalera espiritual que es el sicómoro, tus ojos y los míos pueden ver el rostro de Jesús, que permiten que el directamente desde allí te diga, en una palabra, o Eucaristía, por medio de un hermano en la Fe, o en la homilía del Sacerdote: Zaqueo, o, Juan...o, Luisa... quiero ir a tu casa, conviene que yo vaya a tu casa.

¿Para qué te crees que estaba allí el sicómoro?, ¿para hacer bonito? pues no, estaba para ti y para mi, ese es el sentido del sicómoro, y por eso el Señor lo ha creado y lo ha dejado crecer. Porque toda la creación ha sido creada para el servicio, y tu y yo también, a pesar de que no queremos servir a nadie

Me acuerdo de San Juan de la Cruz, al que escuchaban San Juan de Dios y Santa Teresa de Jesús, y de San Vicente Ferrer, que llevados al púlpito, arrastraban con el mismo evangelio que todos conocemos a pueblos enteros, que le seguían al pueblo cercano siguiente, cuando los medios de transporte eran los pies y el burro. Como me impresiona pensar que la predicación eleva la vista espiritual de las personas, las sube al sicómoro, para que cada uno se sienta personalmente llamado por el Señor. ¿No te fijas que tu y yo debemos hacer lo mismo en la medida que la Gracia nos lo concede?

Te das cuenta de lo importante que es que te subas al sicómoro, que si no vas a la iglesia a lo mejor no te enteras de que el Señor te llama. Te das cuenta que el Señor con su llamada transforma a Zaqueo de un sucio y asqueroso ladrón al servicio del poder de la ocupación y de si mismo, a un ser que al convertirse transforma su egoísmo en generosidad, que pasa a ser una persona querida donde fue odiada.

Te das cuenta de lo importante que es llamar al Señor ahí subido en la rama del sicómoro, cuando tienes la angustia pegada al paladar, porque vas al paro, o tienes que parir, o los análisis han salido mal, y ya supones lo peor, que hay que gritar ¡Señor que estoy aquí! mándame llamar, -como Pedro en el agua-, “que sucumbo, dime algo, que no resisto mas.”

Te imaginas....que el rey en su paso públicamente y mirándote a ti, te diga: "Raquel", como si te conociera, como que te conoce... que vuelco te da el corazón de repente..... Y que desea ir a tu casa, que es de una familiaridad, de un privilegio que no todo el mundo tiene, y lo manifiesta públicamente.

Hay catequistas, que no han pisado tu casa o hermanos de alto estanding, que no te vienen a ver, y tú estatus social o inteligencia no da para que hablen contigo, o para que les guste pasar la tarde contigo.

Pues bien, no es el rey el que te llama y pone tu nombre en su boca, es nada menos que el Rey de reyes. Dios mismo en la Tierra el que te dice,.....lo que anhelo, lo que deseo como Rey, lo que me gustaría es que tu me recibas en tu propia casa....!no te parece demasiado ¡

Así de fuerte, de inmensa es la llamada del Señor, que hace que uno se dispare, corra a adecentar el lugar, a ponerlo limpio, aseado, en condiciones de recibirle y ¿cómo se hace esto? Pues, quitando los trastos, todos los pecados, confesándose, poniendo orden en la casa espiritual, para darle una dignidad que no tenía, y eso es lo que hace Zaqueo, convirtiéndose, quitándose de encima lo que lo manchaba, lo que hacia que todos lo miraran mal, porque era un ladronzuelo que se quedaba con parte de los impuestos, engordando la cifra que tenían que pagar. Por eso dice: "devolveré el cuádruplo de lo que robé" eso es la conversión y el cambio de dirección. Antes decía Zaqueo, todo para mi, y pasa a decir: No quiero nada, lo dejo todo, por que tu vengas conmigo. Vamos que Zaqueo pasa de se pagano, a ser cristiano así en un momento. De robar a devolver.

De apropiarse de lo ajeno a ser caritativo. De ver su necesidad insaciable y por encima de todo, a darse cuenta de que el otro lo necesita más que él. Impresionante. Y el, que era peor que los publicanos, que solo le importaba él, pasa a ser cristiano, donde ese espacio del yo lo ocupan los demás.

Otra cosa que hacemos al arreglar la casa, es poner luz, lavar, fregar bien la zona, poner la mejor vajilla, etc., etc. pues es todo esto lo que significa convertirse, cambiar mover y ordenar nuestra vida para que el Rey de reyes esté a gusto, cómodo, y no se manche con nuestros pecados, nuestra avaricias, nuestros malos pensamientos, nuestra podredumbre, por eso, necesitamos lavarnos con una buena ducha, un buen baño que es la confesión y el bautismo.

Por eso: …. ¡Bendito sicómoro! ¡Bendita pequeñez que nos llevó al encuentro con el Señor! ¡Bendita angustia que nos lleva al Padre, a reconocerlo como Dios e implorar su ayuda, cuando no podemos más! ¡Bendita podredumbre y miseria egoísta que lleva a Jesús ha decir: "conviene quedarme en tu casa"! ¡Bendito pecado que mereció tan grande redención!

jueves, 13 de noviembre de 2008

HUMOR CON "ALAS"

Lo increíble de la vida, es que nunca sabes qué te va a deparar el día que empieza...es moverse en la cuerda floja de forma inconsciente, porque no creo que la mayoría vivamos obsesionados con esta idea, simplemente nos levantamos, y empezamos a funcionar...¿o no?...

Hoy he comprobado que hay alguna publicidad que no es engañosa...aunque, claro...subliminalmente te venden algo como "bueno"...cuando la realidad me ha "asustaó".

Yo ya llevo un rato en la ofi...hará diez minutos ha entrado por la puerta una chica joven, guapa...venía a una entrevista de trabajo y traía un Red Bull en la mano...así la notaba yo un poco cardiaca, tan sólo eran las 9:45 de la mañana...

Se ha puesto como una moto a contarme su vida...por supuesto, sin yo preguntar nada...ha sido poco más o menos que así:

"Hola buenos días, vengo a entrevistarme con...Miguel...puede ser Miguel...ah no...no es Miguel, se llama como mi ginecólogo...porque hija...ay, guárdame el Red Bull que queda fatal...bueno, no, dámelo que doy un trago que el niño me ha dado una nochecita...¿Tú no sabrás lo que es una nochecita de un niño, verdad?, ¿No tienes un niño no?"

"Si.."

"¿De qué edad?"

"Pues es que tengo cuatro."

"Ahhhhhhhhhhh, Dios mío...como lo haces....yo con uno estoy estoy enloquecida...y, bueno, pero...¿cómo lo has hecho?, ¿Qué edad tienes si no te importa?"

"Tengo 34... me casé joven, con 23..."

"Ah, claro, claro...te casaste joven y una cosa lleva a la otra...jajjaja...bueno, yo, es que no estoy casada...pero mi marido...porque es mi marido de toda la vida...le da miedo eso del papelín y que nos "apoltronemos" por el hecho del papelín...y todo cambie...porque somos exactamente igual que tú, estamos casados...de toda la vida...y bueno..."

Oye...¿Y les has llevado a guardería pública o privada?...

"Pues yo es que trabajo hace poco y..."

"Mira, al lado de mi casa están haciendo una guardería pública...y aprovechando que no estoy casada...¡¡tengo la plaza fija!!...ya sabes, madre soltera...etc...todo son ventajas...

Lo que no sé si atreverme es a tener otro hijo...porque además el médico,que me hizo una cesárea, me ha dicho que tengo que esperar 4 ó 5 años...y de verdad...me da una pereza..."

Entonces...ante tanto surrealismo...ha venido la guinda...

Llega el jefe y le dice..."Hola, eres ¿Mónica Naranjo?"

Os prometo que casi se me salen los ojos de las órbitas...porque no sé si eran los efluvios del Red Bull o qué...pero se parecía...

"No, soy Carmen..."

"Bueno, te dejo...y por favor, guárdame el Red Bull...que queda fatal...."

Y lo he guardado hasta que ha salido...con la misma precaución que guardaría una bomba atómica...y he rezado por que esta mujer no haya optado por la lactancia materna...ya que igual se encuentra al niño en la lámpara del dormitorio...

He decidido tomármelo con humor, pero..."¡Vaya tela!" Porque...digo yo, que era el Red Bull, ¿no?

(Si alguien lo ha probado que me cuente...)

martes, 11 de noviembre de 2008

MI ESPERANZA ANTE LA TEMPESTAD

Yo no soy experta en leyes, ni en política, ni en Historia, ni en Ciencia, ni en Filosofía, ni, realmente, en nada concreto que sirva para argumentar lo que voy a exponer en este post...

Por eso, realmente, no voy a adentrarme en esos campos que tan bien dominan otros, no debo.

Muchos de los blogs que visito hablan estos días del aborto...de la crisis...de temas terribles y graves que asolan a nuestra sociedad, y que despiertan en mi una gran revolución, unas ganas enormes de remover todo, aunque por otro lado, siento que estamos "vendidos"...tengo "poca esperanza en la justicia social", no confío en los políticos.

Por eso, he sentido la necesidad de escribir este post...porque aunque como ciudadana me sienta llamada a movilizarme, como persona, me siento llamada a dar otro tipo de testimonio...un testimonio de esperanza, de saber, que en los mayores problemas, en los momentos de más dificultad que me he podido encontrar...la vida, siempre ha salido victoriosa.

Hoy voy a hablar de algo que dificilmente me podrán rebatir...es simple y llanamente, mi experiencia personal. Todos podréis opinar, está claro...lo admito, os podrá gustar o no, evidentemente; pero al igual que mi pelo es rizado y mi cara está llena de pecas y eso es así...las cosas que yo he vivido...también son así...

Muchas veces a la hora de hablar de ciertas cosas, me doy cuenta de que no puedo obviar en absoluto el hecho de ser católica...de creer profundamente en Dios...y esto lo llevo grabado a fuego...

"¿Y por qué esto es así?...¿Por qué creo en Dios?...

Yo nunca he sido una persona problemática...más bien "rebeldilla". De familia católica sí...padres practicantes, colegio de monjas...pero...¿Para qué podía yo necesitar a Dios?

Para mi no era más que un "hombre de barba blanca" que posiblemente, estaba en algún lugar...aunque no sabía donde.

Hace ya 20 años...en plena adolescencia me creía la "más lista del lugar" y aproveché mi bien afilado "instinto justiciero" para acusar a una compañera "con toda justicia", delante de todas mis amigas..., lo malo, es que fui durísima y mi compañera, lo pasó tan mal, que todas mis amigas se pusieron de su parte...y me quedé más sola que la una...y ahí empezó mi crisis...una crisis profunda que me hizo "odiarme" literalmente y no encontrar sentido a nada, porque no sólo había perdido mi máximo anclaje en esa edad, mis amigas, sino que además fui consciente de que había hecho algo mal...y no me lo perdonaba.

En medio de todo aquel vacío físico y personal, de soledad absoluta, de tristeza, una persona se cruzó en mi camino y me marcó de tal manera que puedo decir que me hizo resurgir...ahora le veo como un ángel guardián...las circunstancias en las que le conocí fueron además realmente atípicas, arreglaba un tejado en casa de una familia de intercambio en Estados Unidos, donde yo estaba pasando un mes de vacaciones.

Esta persona, era un padre de familia, de vida compleja y difícil, no sabría deciros qué me unió exactamente a él, siempre fue como si nos conociéramos de toda la vida...no olvidaré nunca la primera vez que se cruzaron nuestras miradas cuando yo bajaba la escalera de aquella casa mientras él subía a la suya...¿No es simbólico?

Resultó ser un amigo de la familia...luego, además de en sus horas de trabajo, seguimos viéndonos en ocasiones...yo fui a esta misma familia cuatro veranos seguidos con lo que nuestro lazo se afianzó, aprendí mucho con él, principalmente, a "quererme un poco a mi misma".

El tercer verano, hicimos una excursión, pero tuvimos un accidente terrible en una lancha en la que íbamos cuatro personas.

como su cuerpo quedaba sumergido y le atravesábamos con el motor de la lancha...permaneció sumergido durante 10 minutos de angustia y gritos...donde todo era oscuridad...donde el mundo se me vino encima y en aquella incapacidad para reaccionar y angustia se transformó en un grito silencioso: "Dios...si estás ahí, haz que viva y creeré en ti, necesito que no te lo lleves".

Y tras aquellos diez angustiosos minutos, como un auténtico milagro, resurgió del fondo del agua...vivo...aunque muy dañado.

Aquel momento transformó por completo mi vida, porque me sentí literalmente escuchada por Dios, fue tan real...tan absolutamente imposible o incomprensible a nivel humano...que no me quedó más remedio que creer...

Cuando llegué a España y retomé mis clases...en mi cabeza no tenía otra cosa que la necesidad de acudir a una iglesia para recibir catequesis de confirmación...deseaba confirmarme...y para mi, era como sellar un pacto...un primer paso por mi parte.

Y me confirmé en la parroquia más cercana a mi colegio junto con dos amigas...la primera donde preguntamos si había catequesis aunque no estaba cerca de nuestra casa...


Pero, y después de la confirmación, necesitaba continuar...¿cómo acabar todo ahí?, apenas sentía que había descubierto un tesoro...y me dejé guiar..


El párroco se comprometió a avisarnos al cabo de unos meses...iban a empezar unas catequesis para jóvenes y adultos.


Pasó el tiempo y me olvidé, pero un día recibimos un sobre con una estampita que nos invitaba a las catequesis. Mis amigas el mismo día que comenzaban me llamaron y me dijeron que no iban a ir...me entró miedo y decidí no acudir yo tampoco...

Pero cinco minutos antes de la hora en que comenzaban, sentí en mi interior una fuerza que me impulsó a salir...le cogí a mi madre dinero de su bolso y me fui en un taxi...y las escuché.

Han pasado 17 años, los mismos que tenía entonces...y sigo en la misma parroquia, donde además, conocí a mi marido, donde vivimos juntos nuestra fe y junto a la cual formamos nuestra familia, ya que, "providencialmente" encontramos casa muy cerquita...en una zona, donde nunca pensamos que pudiéramos vivir. Un gran regalo.

Scott, mi amigo del accidente...sigue aquí, cerca de mi...a día de hoy está totalmente recuperado y a pesar de la distancia, seguimos muy unidos...yo le debo "la vida"...y sólo Dios sabe si él, a aquella oración también.

Por eso y por muchas otras cosas que me han ocurrido...sólo puedo invitar a la confianza y al testimonio desde la fe.

La fe en un Dios que escucha y tiene el poder de cambiar el corazón humano...la fe en la oración sincera, la fe en las personas que se cruzan en nuestra vida y nos dan un rayo de luz...

La fe en un corazón, que sintiéndose amado...puede devolver amor.

La muerte nunca va a salir victoriosa...aunque pretendan que así lo creamos.

lunes, 10 de noviembre de 2008

MOMENTOS

Me considero muy partidaria de todo tipo de celebraciones...eso sí, en su justa medida.

Las cosas buenas hay que valorarlas y aprovechar al máximo los momentos únicos que nos brinda la vida, porque todos sabemos, que la vida es eso, momentos...a veces buenos, a veces malos...a veces...especiales y a veces, rutinarios.

Hoy voy a celebrar mi post nº 100 en este blog.
¿Por qué? Pues sencillamente, porque me apetece...
100 posts que son 100 pequeños trozos de mi vida, de mis pensamientos y de mis sentimientos...supongo que unos serán más acertados que otros...unos más interesantes que otros...pero en definitiva, son míos y los he compartido con vosotros.

Al final, el que comparte, sale ganando, porque Dios da el ciento por uno...pero el blog también...un primer post hace siete meses y ahora ya 100...y muchas personas que os asomáis aquí y también me dejáis un trocito vuestro...para guardar y para crecer.

Este fin de semana he estado en Sevilla con mi marido...los dos solos, sin niños...

Fue su regalo de cumpleaños, porque al final, no nos engañemos...las corbatas no hacen ilusión a estas alturas y es que, además...tenemos más de lo que necesitamos, así que decidí regalarle algo que aunque se gastase rápido, perdurase en el tiempo; y elegí... "un momento".

No me voy a enrollar diciéndoos lo maravillosa que me ha parecido Sevilla, que no la conocía, sino simplemente que he disfrutado un montón haciendo "nada especial" pero "todo especial".

Y no hace falta ir a todo trapo, ni con el portátil a cuestas, la super cámara réflex y el vídeo digital último modelo...ni comer el sitio más "fashion", ir al super espectáculo flamenco de última hora...y si me apuras...ni siquiera montarse en un carruaje tirado por un caballo blanco...

Nada...

Tan sólo estar juntos, riéndonos de bobadas en la terracita de un "bareto cutre" comiendo un montadito de "pringá"...o paseando tranquilamente por callejuelas perdidas, saboreando el momento...eso es...

Estando juntos.

Y por eso hoy celebro "momentos"...momentos del blog que siempre están en mi y ahora, también están aquí...momentos en los que tengo la sensación de ser escuchada y comprendida por vosotros...momentos en los que intento transmitir optimismo y ganas de vivir...

Momentos que no son "nada especial", pero "todo especial"...¿no os parece?