No sé si os habréis leído un libro de
C.S. Lewis titulado
"Cartas del Diablo a su Sobrino".
Yo estoy en ello...aunque confieso que me está costando un poco tener continuidad, y, sobre todo...asimilarlo, ya que es el típico libro que tienes que leer y reposar para poder seguir adelante.
En forma de cartas entre dos diablos, narra distintas tentaciones a las que los "demonios" someten al hombre.
Sinceramente, da mucho que pensar, sobre todo porque son cosas tan cotidianas, tan facilmente reconocibles en la vida y tan perversas, que a mi, por lo menos, me abre los ojos y los sentidos...y me deja cierta inquietud positiva, en sentido de que me mantiene alerta y me recuerda la existencia del "Mal" y cómo éste nos acosa para alejarnos de Dios.
¿Cuanta gente no cree en el Demonio y cuanta gente no cree en Dios?
Parece que creer en Dios es a priori, más fácil, sobre todo porque está en nuestra naturaleza y el hombre, desde que nace, tiene esa inclinación que se podría llamar "religiosidad natural".
Lo del Demonio, parece en cambio cosa de "curas", un cuentecillo que alguien se inventó...cuando se le ocurrió lo de la manzana de Eva.
Sin embargo yo me preguntaría...¿A quién le podría interesar más que al Demonio que el hombre se alejase de Dios y dudasen de su existencia?
Para mi es obvio que el Mal existe..., lo podemos ver y palpar a diario, no hay más que echar un vistazo a las noticias.
Sin embargo, también tengo claro, que su poder no es más fuerte que el poder de Dios, porque si no, no estaríamos aquí...no existiría el mundo, ni la vida...todo se habría destruído, porque el nucleo del Mal es, precisamente, la decadencia, la destrucción, la muerte...
Muchas veces nos sentimos en este estado de "muerte", no física, sino del alma; abatidos, tristes, desesperanzados...y nuestra mente, como un resorte, empieza a trabajar, a maquinar, a imaginar... si nos descuidamos, enseguida nos cuestionamos y comenzamos a pensar que no valemos nada, que las cosas nunca salen como queremos...que nuestra vida no tiene sentido.
El Demonio ataca sutilmente el alma del hombre...con el disfraz de lo cotidiano, va allí donde se refugia nuestra mayor "debilidad"...los afectos, el prestigio, el dinero, e intenta vaciar de espiritualidad y sentido a nuestra vida, haciéndonos ver que nos falta algo fundamental.... "El amor de Dios".
Nos damos cuenta entonces de que todo lo humano falla...que el amor que anhelamos, no lo encontramos...nos falta la esperanza y encima, creemos que Dios es el culpable de lo que nos pasa....
Esa es la estrategia...LA SUTILEZA...
El Demonio es el padre de la mentira...pone nuestros ojos en el futuro y nos lo pinta inalcanzable,...nos hace ver los fracasos del pasado...en el fondo, no le interesa que vivamos en la realidad, sino en los proyectos...
Su conquista empieza muchas veces en la "adulación"...desde el "exito en lo mundano"...nos lleva al placer...a la cumbre....y luego nos deja solos...de cara al vacío y a la nada, frente a una vida incomprensible en la que no nos salen las cosas y hemos perdido el verdadero sentido de nuestra existencia y en muchos casos...la fe.
El hombre debe vivir el PRESENTE..., y el cristiano, desde la fe, tener la profunda convicción de que somos hijos de Dios, y que por ello, somos amados como hijos...con un amor, que supera lo puramente humano y vence la "maldad" del Mal. Nunca nos deja solos...aunque haya que combatir. Este es el mensaje.
Os recomiendo este libro, porque ayuda a ver nuestra debilidad y lo expuestos que estamos a estos feroces ataques...sobre todo, puede ayudarnos a ver que en las cosas que creemos más inocentes puede haber un gran engaño...y que con los ojos puestos en Dios, el Demonio...nada tiene que hacer.
Es un libro curioso que encierra mucha sabiduría....