viernes, 11 de julio de 2008

VIAJE AL DESIERTO (III)

Llevo meses conviviendo con Silouh y su familia.

Así se llama esta persona misteriosa que se cruzó en mi camino cuando más estaba sufriendo.

Silouh es alguien especial, vive entre las dunas, en un poblado pequeño y escondido a orillas del oasis de Meneh, que es donde me encuentro.

Su esposo y sus hijos han pasado muchos sufrimientos debido a un tiempo de esclavitud que padecieron bajo el yugo de un amo poderoso. Silouh es una mujer fuerte, tiene esa mirada intensa que no deja indiferente, que de algún modo te escruta y penetra hasta lo más profundo de tu ser sin ningún esfuerzo.

Podría ser como su propio hijo...sin embargo, nos une algo mucho más arcaico y extraño...Tengo la sensación de estar ante mi "alma gemela", eso que todos suponen ligado al enamoramiento, a compartir una vida...ahora yo lo tengo aquí, ante mis ojos... inmerso en mi existencia, pero sin formar parte de ella, al menos de ese modo.

Silouh, sin palabras se había introducido en mi corazón, lo desnudó...llenándome de alegría, de serenidad...pero también, de inquietud.

Antes de llegar aquí siempre había necesitado un lazo afectivo fuerte que me diera seguridad, me doy cuenta que estaba perdido...me hizo mucho daño perder aquello en lo que ponía mi vida, mi alegría, mi fortaleza...¿Cómo podría confiar de nuevo en las personas?, ¿Es acaso eso garantía para mi?

Con Silouh estaba experimentando algo nuevo...un encuentro definitivo conmigo mismo que me estaba transformando...me había abierto los ojos a una realidad que permanecía oculta..."La posibilidad de reconciliarme con mi persona"...sin embargo, albergo un temor, porque, a pesar de todo...el profundo amor que siento por ella es algo real...nunca antes sentí algo igual...jamás.

Cuanto he aprendido en este tiempo...toda la familia ha sido un ejemplo para mi...se han volcado, me han cuidado, me han levantado...y todo gratis...sin esperar nada a cambio...sin pedir nada, sin exigir nada.
Veo próxima mi partida del poblado...mi etapa aquí ha concluido, lo sé...el hecho de pensar en la separación, en no volvernos a encontrar me produce muchísima tristeza y sé que a ella también.

Debo seguir mi camino...retomar el desierto y volver...mi vida no está aquí y necesito regresar.

El desierto ante mi se vuelve de nuevo inmenso...cuando lo observo...siento temor...pero sé que en algún momento encontraré la puerta que me lleve de regreso a casa.

"Por qué me cuesta tanto?"..

Ya he tomado la decisión...Silouh lo sabe, esta mañana hemos estado juntos, hablando. ¡Cuanto sufrimos los dos por saber que nos separamos...cuanto echo ya de menos su mirada, su abrazo tierno...!

Estuvimos junto al pozo donde tantas veces recogimos agua juntos; donde ella me contó su historia y...sin que yo le contase la mía, supo entenderme. En realidad sabe muy poco de mí, peor lo conoce todo...

"Por qué has aparecido en mi vida Silouh...? ¿Qué será de mi cuando no estés a mi lado?"

La tristeza me ahogaba.

No quería que viese mis lágrimas...sin embargo busqué sus ojos y en un instante, sucedió algo imprevisto...terrible.

Su pequeño ha caído al pozo...oímos sus gritos....Silouh se lanzó sin pensar en nada...

Y de pronto...todo volvió a ser oscuridad y silencio...

jueves, 10 de julio de 2008

VIAJE AL DESIERTO (II)

Mi paso firme se ha transformado en monótono y el caminar se hace bastante pesado.
Las cosas son así cuando no se entienden o no se desean. Sin embargo, conservar la esperanza permite dejar una puerta abierta a lo imprevisto...a lo sorprendente.

El desierto es implacable...sentía el peso de las horas, el sufrimiento físico era intenso y mi mente no dejaba de imaginar...

Si alzaba los ojos sólo alcanzaba ver arena y piedra...se cortaba el silencio...un gran silencio.
Pensaba en los días anteriores, en mis actitudes, en los acontecimientos vividos, simplemente por buscar justificación al hecho de estar aquí.
Nada...no era capaz de entenderlo, sólo me daba cuenta de que mi vida no estaba en paz, que me pasaba el día combatiendo. Me sentía triste y desanimado...muchas cosas ya no tenían sentido...

Retrocedí en el tiempo y vino a mi mente aquel momento crucial que lo cambió todo... creí haber forjado bien la coraza...pero como me ocurre ahora...si miro atrás, aún veo las huellas en la arena.
Entonces alcé la cabeza...y volví a mirar hacia delante.

En mis cavilaciones no había advertido una presencia cercana... súbitamente aparecieron ante mí unos ojos...una persona de carne y hueso que me observaba de un modo intenso...como si me conociese.
El corazón me dio un vuelco...fue inexplicable...¿Realmente nos conocíamos?, ¿Qué era esa unión tan profunda que sentía hacia aquella mirada...aquella persona extraña que estaba ante mis ojos?

Sin más había aparecido en aquel momento, y continuamos camino juntos...sin pronunciar palabra.

miércoles, 9 de julio de 2008

VIAJE AL DESIERTO (I)

Esta historia no es muy lejana a ti...tampoco ocurrió en un tiempo
remoto... por ello, cualquier parecido con la realidad, no es pura
coincidencia".

No sabría cómo describir cuando ocurrió, la verdad es que él, ni siquiera se dio cuenta. Todo fue extraño pero sencillo...sin más, se despertó y estaba allí...en la más profunda y terrible soledad.

En un principio creyó que aquello no era real...hasta ese momento no había ocurrido nada raro en su vida; esto, lo otro...un día, el siguiente.

Pero ahora no...había llegado a aquel lugar y sólo una cosa ocupaba su mente: encontrar el final...o el principio...¿Quién sabe?

Nunca antes había viajado al desierto...es cierto que en su cabeza se agolpaba mucha información sobre el lugar...fotos, películas, experiencias narradas. En alguna ocasión había creído sentir su calor, la falta de agua...la sensación de inmensidad...pero no era igual...ahora, estaba allí.

Siempre pensó que el desierto era un lugar misterioso...en apariencia lineal...monocromo...pero, sin embargo...ocultaba otra realidad, un enigma detrás de cada duna...quizá vida bajo cada parcela de arena, un golpe de viento bastaba, para modificar el paisaje y que todo volviera a ser nuevo.

En medio de la confusión, para él sólo una cosa era palpable y real...sólo aquello le golpeaba como un puño...y le inquietaba. Era el Silencio...aquella luz cegadora que hacía todo tan oscuro...Sólo una sensación...SOLEDAD.

"¿Cómo ha ocurrido esto?, ¿Por qué en este momento?, ¿Qué puede significar?"

Sentía rabia...ira...no quería aceptar esa realidad no buscada...no quería ser capaz de no entender las cosas...en el fondo, no soportaba aquella visión de sí mismo en medio de la nada...todo era tan absurdo...todo eran reproches e interrogantes.

Cada uno tiene sus limitaciones...una de las suyas era la racionalidad. Por una parte muy útil, pero por otra un arma de doble filo...sencillamente, porque entender todas las cosas o incluso, en ocasiones, entenderse a uno mismo, es, poco menos que imposible.

Era mejor no darle vueltas y aceptarlo, había iniciado un viaje...ayer se acostó y hoy se había levantado ahí...en mitad de aquel desierto...no podía hacer otra cosa más que caminar, caminar y esperar...intentar descubrir qué se ocultaba en cada paso...buscar puntos de referencia...señales...

Su única alforja era su fe...y su sustento, la esperanza...

Dando un paso firme...comenzó el viaje

martes, 8 de julio de 2008

ESTADOS DE ÁNIMO

Hay días en que las cosas no se ven del todo claras; no me refiero a dudas existenciales sino a pensamientos, circunstancias...realidades.

Sin saber por qué, te levantas con el pie torcido o en el momento menos apropiado, cuando estás soñando con aquella cosa fantástica y liberadora...y de pronto...¡zas! se rompe...y la cabeza amanece nublada.

Quizá es el verano, el agobio de la gran ciudad recalentada...las tardes eternas luchando con innumerables cosas inacabadas, pendientes, que surgen...y, sin embargo, interiormente siento un agotamiento profundo y pocas ganas de ponerme a ellas...y pasan los días y se acumulan y tengo la sensación de estar perdiendo el tiempo, miles de horas.
¡Me enfada tanto esta sensación!

No encuentro ninguna explicación racional que me diga..."Estás así por esto...o por lo otro"...no, la verdad es que ni idea...supongo que es una suma de pequeños granos de arroz.
Sólo sé que tengo pocas ganas de hacer cosas...y que los acontecimientos se me hacen un mundo, y en el fondo, aunque sé que no es cierto, me invade el sentimiento de estar "sola ante el peligro".

Me entran ganas de huir a algún sitio...aunque sea un rato...pero sé que eso no arreglaría nada, incluso lo empeoraría, porque estaría dándole vueltas a las cosas, machacando lo mismo una y otra vez.
Ya sé que está ahí la fe...la oración...digamos, simplemente, que un mal día lo tiene cualquiera...Que al final, todos somos de carne y hueso... ¿Alguien tiene la medicina?

lunes, 7 de julio de 2008

¡¡EMOCIÓN EN ESTADO PURO!!

A estas alturas, ya no puedo ocultar que me gustan las emociones que se viven con el deporte.

Ayer, lo de Nadal y Federer fue algo épico...yo, desde luego no recuerdo haber vivido nada igual en mi vida...qué tensión, qué fortaleza, que capacidad de lucha y al final, qué saber ganar y qué saber perder; y todo ello a pesar de la lluvia, las casi 5 horas de partido...y del agotamiento.

Cada punto era un derroche de fuerza y de templanza. En ningún momento les ví flaquear...Nadal tuvo el partido varias veces en su mano...no remataba...pero no se venía abajo. Federer, a pesar de perder los dos primero sets, supo remontar, aguantar....Todo ellos con un tenis espectacular en el que cada golpe era una lección de maestría.

Reconozco que sufrí bastante, porque, yo iba con Rafa, por ser español; pero Federer, me encanta, como jugador y como persona. En cualquier caso, los dos me impresionan.

Federer se considera a sí mismo como alguien sencillo, familiar, católico con fuerte fe. Dedica gran parte de sus ingresos a causas humanitarias en África, también colabora habitualmente con Unicef.

Este joven de 26 años podría estar "endiosado" debido a su trayectoria como tenista, ha ganado todo...es el número uno, sin embargo, su saber estar y su "elegancia", demuestran que el concepto que tiene de si mismo se corresponde ciertamente con la realidad. Yo, me quito el sombrero.

Sobre Nadal, la verdad es, que tampoco se queda corto. Con 22 años es un joven ejemplar; humilde, trabajador, sabe saborear su victoria sin grandes alardes ni aspavientos..., comedido, educado, felicita al rival y reconoce que tiene mucho que aprender todavía de él, a pesar de haberle ganado de una forma tremenda.

Como en muchos otros deportes; es cierto que les envuelve una nube de dinero, publicidad y despilfarre...sin embargo, en el fondo, pesa más la humanidad de estos dos jóvenes que a diferencia de otros deportistas dan un gran ejemplo y demuestran que las cosas se conseiguen a base de esfuerzo, paciencia, fe y humildad.

Jamás les he visto involucrados en escándalos, ni hacen negocio con la prensa del corazón, poco se sabe de su vida personal y en cada partido, se dejan la piel, como si fueran unos perfectos desconocidos que deben abrirse paso en el mundo del tenis.

Mi más sincera enhorabuena a los dos...hay días en los que, a pesar de los trofeos...la victoria no es sólo de uno.