
El fin de semana pasado se ordenó sacerdote, en Roma, el hermano de una amiga mía.
Hoy me ha llegado por correo un testimonio suyo que me ha gustado y voy a compartir con vosotros. Podéis ampliar la noticia en la web del Opus Dei y en Zenit, que es de donde sale el recorte que pongo a continuación.
"Uno de los nuevos ordenandos es el español José Antonio Brage, de 41 años, quien ha sido teniente de navío de la Armada española.
A los 18 años ingresó en la Escuela Naval de Pontevedra (España) y durante su crucero de instrucción, en el Buque Escuela J.S. Elcano José Antonio, dio la vuelta al mundo.
"Me di cuenta de que la mayor pobreza que hay en el mundo es la falta de Dios. Llevar a Cristo es el mayor bien que se puede hacer a los demás, y ésa es la misión del sacerdote".
"La mar dice muchas cosas de Dios. Me viene a la cabeza un recuerdo de mis primeros años en la Armada: junto a la puerta de entrada de la capilla de la Escuela Naval Militar, hay una lápida con esta inscripción: 'El que no sepa rezar, que vaya por esos mares, y verá que pronto lo aprende'. Es una gran verdad: sólo hace falta abrir los ojos del alma".
Hoy me ha llegado por correo un testimonio suyo que me ha gustado y voy a compartir con vosotros. Podéis ampliar la noticia en la web del Opus Dei y en Zenit, que es de donde sale el recorte que pongo a continuación.
"Uno de los nuevos ordenandos es el español José Antonio Brage, de 41 años, quien ha sido teniente de navío de la Armada española.
A los 18 años ingresó en la Escuela Naval de Pontevedra (España) y durante su crucero de instrucción, en el Buque Escuela J.S. Elcano José Antonio, dio la vuelta al mundo.
"Me di cuenta de que la mayor pobreza que hay en el mundo es la falta de Dios. Llevar a Cristo es el mayor bien que se puede hacer a los demás, y ésa es la misión del sacerdote".
"La mar dice muchas cosas de Dios. Me viene a la cabeza un recuerdo de mis primeros años en la Armada: junto a la puerta de entrada de la capilla de la Escuela Naval Militar, hay una lápida con esta inscripción: 'El que no sepa rezar, que vaya por esos mares, y verá que pronto lo aprende'. Es una gran verdad: sólo hace falta abrir los ojos del alma".