viernes, 17 de octubre de 2008

QUITARSE EL MONO...

A pesar de que trabajo por la mañana en una oficina...para mi, el verdadero trabajo empieza cuando llego a casa a las tres y todo se convierte en un sprint.

Una vez que los niños vienen del cole y entramos por la puerta...me enfundo el "mono de trabajo"...y ¡Hale...a currar!

Si contara mi planning de trabajo seguro que muchos os ibais a estresar...lo omitiré...

Ayer sin embargo, fue uno de esos días en que el mono se puso hasta arriba...recados, compras, lavadoras, deberes, cenas...en fin...a tope.

Yo como la cenicienta, a las 8:30 tenía que irme, simplemente porque era el cumpleaños de mi marido y le había preparado una cena sorpresa.

A eso de las ocho, sólo podía pensar en tumbarme en la cama y fumarme un puro...y eso que no fumo...me daba pereza hasta pestañear...

Pero no...me decidí por "quitarme el mono", cambiarme de ropa, arreglarme un poquito y hacer un pequeño paréntesis para disfrutar de una cena a solas con mi marido...al fin y al cabo, 40 no se cumplen todos los días...

Podía haberme hecho la sueca...porque él no sabía nada de la cena...

Pero no...porque para mi "los detalles sí importan".

Reconozco que los hijos agotan y absorben casi todo mi tiempo, por eso, para que mi matrimonio fluya, tengo claro que debo colocarlo en un lugar apartado...e intentar mimarlo.

Realmente mi marido es lo más "mío" que tengo...tener una parcela para él...es también tenerla para mi. El camino...hay que "hacerlo" y sobre todo..."querer hacerlo".

Me voy a quedar con un pensamiento del poeta Antonio Machado que al hilo de otra cosa, me envió una amiga...pero me sirve:

“Es el mejor de los buenos quien sabe que en esta vida
Todo es una cuestión de medida: un poco más, algo menos…”

“Caminante, son tus huellas el camino, y nada más;Caminante, no hay camino, se hace camino al andar”.

¡¡Buen fin de semana!!....y ¡a caminar!

miércoles, 15 de octubre de 2008

SÓLO UNA REFLEXIÓN


Esta mañana, al llegar a la ofi, he cogido "El Mundo" para ojearlo.

Me he encontrado con la siguiente noticia:

"Nace en España el primer bebé seleccionado genéticamente para curar a su hermano"

La noticia es polémica, habrá defensores y detractores...no voy a entrar en eso ahora, ya que es un tema que daría para muchíiiisimos posts.

Hoy, simplemente, quiero dejaros la afirmación del periodista que redacta la noticia en el periódico de papel, ya que me ha dejado perpleja y me ha entristecido:

"Antes de nacer Javier ya tenía claro cual es el sentido de la vida. Al menos de su vida. Que no es otro que salvar la vida de su hermano Andrés, seis años mayor que él"

Mucha gente pensará como él.
Y Yo hago una pequeña reflexión:
"¿Una vez que le haya donado la sangre del cordón, su vida ya no tendrá sentido?"

¡ Qué pena ver la vida como una elección y no como un don!


¡ Qué pena pena no dar valor a la vida en si misma sin un fin explícito!

¡ Qué pena no ver a la persona más allá de su utilidad!

¿Y vosotros, qué decís?

martes, 14 de octubre de 2008

LA LLAVE

Cuando se pierden o te roban las llaves de casa, la sensación inmediata que se tiene es de inseguridad.

Posiblemente, todos nos apresuramos a cambiar la cerradura y conseguir otra llave.

La verdad es que "sin llave", no podemos entrar en casa...a no ser que la puerta esté abierta; pero...¿Quién deja la puerta de casa abierta cuando no está?

El pasado fin de semana he estado reflexionando profundamente sobre aquellos lugares en mi vida donde me es imposible entrar porque están cerrados para mí; ¿Cual es la llave y dónde está?

En aquellos lugares tengo esa sensación de inseguridad...de inquietud.

¿Cómo encontrar una llave apropiada?, ¿la llave maestra?

Haciéndome estas preguntas, miro una cruz de metal que tengo ante mí...y me doy cuenta de que esa cruz ha sido una llave en muchas ocasiones....la llave ha abierto y abre todas esas puertas...y lo veo no sólo como algo teórico...sino como un signo físico que Dios me da para que lo tenga presente, ya que que físicamente, la cruz, podría tener forma de llave.

Jesucristo es la llave maestra que Dios me ha dado para entrar en lo profundo de mi corazón, pero que tiene la propiedad de adaptarse al corazón de todo el que la usa...

En mi caso:

-Abre la puerta de matrimonio en aquellos momentos en los que no puedo "entrar en el otro" por mil motivos; la puerta del perdón, de la reconciliación, de la donación, de la generosidad, del cariño...

-Abre la puerta de la esperanza; ante el agobio de las dificultades, ante la incapacidad de dar todo lo que me gustaría, ante el desánimo en los momentos de lucha.

-Abre la puerta de la vida.

-Abre la puerta de la fe.

Como toda llave, necesita ser guardada y mantenida en buen estado..., a mi me corresponde ponerla a buen recaudo, colocarla en el "llavero adecuado", engrasarla con el aceite apropiado para que no se atasque.

Me corresponde, porque es la llave que me da la paz, cuando entro en mi casa...

Y además, nunca me falla.