
Una vez que los niños vienen del cole y entramos por la puerta...me enfundo el "mono de trabajo"...y ¡Hale...a currar!
Si contara mi planning de trabajo seguro que muchos os ibais a estresar...lo omitiré...
Ayer sin embargo, fue uno de esos días en que el mono se puso hasta arriba...recados, compras, lavadoras, deberes, cenas...en fin...a tope.
Yo como la cenicienta, a las 8:30 tenía que irme, simplemente porque era el cumpleaños de mi marido y le había preparado una cena sorpresa.
A eso de las ocho, sólo podía pensar en tumbarme en la cama y fumarme un puro...y eso que no fumo...me daba pereza hasta pestañear...
Pero no...me decidí por "quitarme el mono", cambiarme de ropa, arreglarme un poquito y hacer un pequeño paréntesis para disfrutar de una cena a solas con mi marido...al fin y al cabo, 40 no se cumplen todos los días...
Podía haberme hecho la sueca...porque él no sabía nada de la cena...
Pero no...porque para mi "los detalles sí importan".
Reconozco que los hijos agotan y absorben casi todo mi tiempo, por eso, para que mi matrimonio fluya, tengo claro que debo colocarlo en un lugar apartado...e intentar mimarlo.
Realmente mi marido es lo más "mío" que tengo...tener una parcela para él...es también tenerla para mi. El camino...hay que "hacerlo" y sobre todo..."querer hacerlo".
Me voy a quedar con un pensamiento del poeta Antonio Machado que al hilo de otra cosa, me envió una amiga...pero me sirve:
“Es el mejor de los buenos quien sabe que en esta vida
Todo es una cuestión de medida: un poco más, algo menos…”
Todo es una cuestión de medida: un poco más, algo menos…”
“Caminante, son tus huellas el camino, y nada más;Caminante, no hay camino, se hace camino al andar”.
¡¡Buen fin de semana!!....y ¡a caminar!