lunes, 31 de mayo de 2010

EDUCACIÓN AFECTIVO-SEXUAL

La semana pasada asistí a un debate en una escuela de padres. El tema de la sesión era la educación afectivo-sexual, dentro del programa para niños entre 6 y 9 años.

En pleno debate sobre la educación sexual en la escuela, que se empezará a impartir el año que viene a partir de 6º de Primaria (11 años), me sorprendió un poco la actitud de algunos padres que consideraban el tema como algo tabú y en contra de lo que proponía la profesora, se negaban a hablar del tema con los hijos si ellos no manifestaban interés o hacían preguntas.

Yo creo que es bastante ingenuo pensar que un niño de siete u ocho años que vive en el siglo XXI nunca ha tenido ni la más mínima inquietud sobre el origen de la vida, para empezar. Me refiero a cosas básicas: ¿Cómo nacemos?, ¿Cómo se mete un bebé en la tripa?, etc. Es además un tema difícil de entender para ellos.

Sin ir más lejos, mi hijo de 4 años que ya ha vivido el nacimiento de un hermanito en casa después de él y que tiene hermanos mayores, a los que oye hablar de esto, lo otro y lo de más allá, ayer por la noche, mientras rezaba, pidió por su madrina que está embarazada y tuvimos el siguiente diálogo:

"Por Elena que está embarazada".
Yo le pregunté: "Oye, ¿sabes lo que es estar embarazada?"
El me dijo: "Si, que está gorda"
Yo le respondí: Bueno, pero ¿Por qué está gorda?" Ahí, se quedó callado.
"Hijo, se pone gorda porque tiene un bebé en la tripa".
Él se quedó pensativo, y no me preguntéis en qué pensaba, porque su siguiente pregunta fue:
"Mamá, ¿y porque está "en barazada", cuando vuelve?"

El pobre hombre se debía creer que "barazada" era un lugar donde te meten niños en la tripa o algo así. ¡Vaya cacao!

Con esto quiero decir, que es un tema complicado para ellos y que les inquieta, que se montan sus propias películas y que cualquier excusa, creo que es buena para charlar un ratito, a cada uno desde su edad, sin dar por hecho que entienden todo, que saben cosas o lo que sucedía a estos padres, que no saben nada ni quieren saber.

Mis hijos, al ser familia numerosa, han vivido varios embarazos y eso es algo que preguntan con naturalidad y se habla en la familia con naturalidad y desde nuestra vivencia personal.
Pero, aún poniendo el caso de niños sin hermanos, cosa también habitual en los tiempos que corren, con poquito que se ponga la tele, cualquier programa infantil, no te digo nada si es Disney Channel o el Patito Feo ese que está de moda...novios por aquí, por allá, citas, flirteos...Los niños, reciben información más que abundante.
Y si aún hay alguien que dice: "No, es que mi hijo/a, no ve esas cosas". Con ocho años, fijo que una tercera parte (por decir algo) de sus compañeros de clase, sí lo ha visto, y comentan. Y si no, a las pruebas me remito, ya que mi hija de seis años, se sabe de memoria las canciones del Patito Feo y jamás se ha puesto ese programa en casa.
Aparte de esto, por si alguien no está puesto en el temario escolar, en Tercero de Primaria, ocho años, los niños dan el aparato reproductor con todo detalle...Con qué ¿No se van a interrogar cosas, al menos, para qué sirve?

A pesar de todo, escuchaba el otro día, en la escuela de padres como una madre se empeñaba y empeñaba en que su niña de ocho años no sabía nada de nada y que la profesora le había dicho que no le hablase de esas cosas que le iba a causar un trauma.

Y yo digo...¿Por qué un trauma?, ¿es que la sexualidad es algo malo? No se trata de contar con pelos y señales lo que uno hace o deja de hacer...suponiendo, en cualquier caso, que alguien pueda hacer cosas que considera "malas", pero es que eso, ni con ocho ni con dieciocho, porque, a mi modo de ver, forma parte de la intimidad de cada uno, sobre todo, de la de los padres. Los traumas, sin ser experta en el tema, los causan experiencias negativas en momentos concretos. ¿Es este el caso?

No veo nada malo en anticipar a un hijo una información de una manera didáctica, positiva y educativa, sobre todo, desde nuestra vivencia personal y pensando siempre en que un padre o una madre quieren lo mejor para sus hijos y lo van a hacer desde el amor. A fin de cuentas, es lo que hacemos con otras muchas cosas, "anticiparnos".

¿Esperaríamos a que nuestro hijo nos preguntara qué es un beso para dárselo?
¿Esperaríamos a que nuestro hijo nos preguntara, qué es un enchufe para explicarles que es algo peligroso que no debe tocar?
¿Tendríamos reparo en explicar a un hijo que debe esperar a que el semáforo se ponga verde para poder cruzar antes de que él se interrogase sobre ello?

La educación es global y debe darse paulatinamente, sin tapujos y siempre desde la verdad, la demanden o no nuestros hijos, básicamente, porque es nuestra obligación.

Ciertas cosas pueden ser malas o buenas según la óptica que se les de. Eludir nuestra responsabilidad de educar y sobre todo, dejar ciertos temas en blanco con la excusa de que nos incomodan, o el "no sé hacerlo" o "no es el momento", lo único que genera en un niño es más dudas y más inquietudes, que, por su propia naturaleza, buscará satisfacer fuera de casa si en casa no encuentra respuestas.

En mi experiencia personal, un hijo o una hija que a los ocho años jamás ha preguntado una sola cosa de este tema a sus padres es porque, obviamente, alguna información, ya maneja, la que sea, pero, lo que es peor, es que lo considera algo "tabú" o que no debe comentar con los padres. Esto creo que no es positivo ya que, para un niño de ocho años, la palabra de los padres es todavía una guía, su seguridad, algo necesario para su correcta formación, aunque algunos temas, sea más áridos de abordar que otros.

Sobre todo, lo que debemos preguntarnos es qué tipo de información o qué tipo de educación queremos para nuestros hijos en este aspecto. Si pensamos que cualquier información venga de dónde venga es la misma o que da igual quién se la transmita.

A la hora de hablar de sexualidad con nuestros hijos, lo importante es que lo que les transmitamos sea coherente con nuestra vida, ser sinceros y por supuesto, escucharles y responder a todas sus preguntas.

Y si no sabemos cómo y cuando abordarlo, la verdad, sobre este tema hay muchísimo material de ayuda para los padres, y momentos, pueden surgir al hilo de cualquier cosa. Lo que sí creo que es importante es tratarlo con cada hijo individualmente, a no ser que sean de edades muy similares. Las niñas, se sentirán más cómodas hablando con la madre y los niños con el padre, pero esto no debe ser tampoco una excusa no vaya a ser que "por uno o por otro, la casa sin barrer".

Os dejo algunos libros estupendos para tratar el tema por edades y en global, espero que os sean de utilidad. Van enlazados a web por si queréis comprarlos on line: