miércoles, 9 de julio de 2008

VIAJE AL DESIERTO (I)

Esta historia no es muy lejana a ti...tampoco ocurrió en un tiempo
remoto... por ello, cualquier parecido con la realidad, no es pura
coincidencia".

No sabría cómo describir cuando ocurrió, la verdad es que él, ni siquiera se dio cuenta. Todo fue extraño pero sencillo...sin más, se despertó y estaba allí...en la más profunda y terrible soledad.

En un principio creyó que aquello no era real...hasta ese momento no había ocurrido nada raro en su vida; esto, lo otro...un día, el siguiente.

Pero ahora no...había llegado a aquel lugar y sólo una cosa ocupaba su mente: encontrar el final...o el principio...¿Quién sabe?

Nunca antes había viajado al desierto...es cierto que en su cabeza se agolpaba mucha información sobre el lugar...fotos, películas, experiencias narradas. En alguna ocasión había creído sentir su calor, la falta de agua...la sensación de inmensidad...pero no era igual...ahora, estaba allí.

Siempre pensó que el desierto era un lugar misterioso...en apariencia lineal...monocromo...pero, sin embargo...ocultaba otra realidad, un enigma detrás de cada duna...quizá vida bajo cada parcela de arena, un golpe de viento bastaba, para modificar el paisaje y que todo volviera a ser nuevo.

En medio de la confusión, para él sólo una cosa era palpable y real...sólo aquello le golpeaba como un puño...y le inquietaba. Era el Silencio...aquella luz cegadora que hacía todo tan oscuro...Sólo una sensación...SOLEDAD.

"¿Cómo ha ocurrido esto?, ¿Por qué en este momento?, ¿Qué puede significar?"

Sentía rabia...ira...no quería aceptar esa realidad no buscada...no quería ser capaz de no entender las cosas...en el fondo, no soportaba aquella visión de sí mismo en medio de la nada...todo era tan absurdo...todo eran reproches e interrogantes.

Cada uno tiene sus limitaciones...una de las suyas era la racionalidad. Por una parte muy útil, pero por otra un arma de doble filo...sencillamente, porque entender todas las cosas o incluso, en ocasiones, entenderse a uno mismo, es, poco menos que imposible.

Era mejor no darle vueltas y aceptarlo, había iniciado un viaje...ayer se acostó y hoy se había levantado ahí...en mitad de aquel desierto...no podía hacer otra cosa más que caminar, caminar y esperar...intentar descubrir qué se ocultaba en cada paso...buscar puntos de referencia...señales...

Su única alforja era su fe...y su sustento, la esperanza...

Dando un paso firme...comenzó el viaje

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