jueves, 10 de julio de 2008

VIAJE AL DESIERTO (II)

Mi paso firme se ha transformado en monótono y el caminar se hace bastante pesado.
Las cosas son así cuando no se entienden o no se desean. Sin embargo, conservar la esperanza permite dejar una puerta abierta a lo imprevisto...a lo sorprendente.

El desierto es implacable...sentía el peso de las horas, el sufrimiento físico era intenso y mi mente no dejaba de imaginar...

Si alzaba los ojos sólo alcanzaba ver arena y piedra...se cortaba el silencio...un gran silencio.
Pensaba en los días anteriores, en mis actitudes, en los acontecimientos vividos, simplemente por buscar justificación al hecho de estar aquí.
Nada...no era capaz de entenderlo, sólo me daba cuenta de que mi vida no estaba en paz, que me pasaba el día combatiendo. Me sentía triste y desanimado...muchas cosas ya no tenían sentido...

Retrocedí en el tiempo y vino a mi mente aquel momento crucial que lo cambió todo... creí haber forjado bien la coraza...pero como me ocurre ahora...si miro atrás, aún veo las huellas en la arena.
Entonces alcé la cabeza...y volví a mirar hacia delante.

En mis cavilaciones no había advertido una presencia cercana... súbitamente aparecieron ante mí unos ojos...una persona de carne y hueso que me observaba de un modo intenso...como si me conociese.
El corazón me dio un vuelco...fue inexplicable...¿Realmente nos conocíamos?, ¿Qué era esa unión tan profunda que sentía hacia aquella mirada...aquella persona extraña que estaba ante mis ojos?

Sin más había aparecido en aquel momento, y continuamos camino juntos...sin pronunciar palabra.

3 comentarios:

alter-ego dijo...

Hola cris,buen relato amiga.Un sol que se alza como la esperanza y se da como el pan de cada dia.Hasta pronto cris.

lojeda dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
CRIS dijo...

Alter...sólo ha empezado. Es una gran aventura, espero que llegue a buen puerto. Gracias por tu comentario.

Lourdes, gracias por tu comentario, lo he borrado para contestarte en tu blog.