jueves, 26 de marzo de 2009

ACTUAR CON PRUDENCIA

Es muy complicado tener permanentemente la certeza de que estás haciendo las cosas bien...de hecho, muy a menudo comprobamos que nos equivocamos. Uno se deja guiar por distintas cosas: corazonadas, sentimientos, principios, razones...

Ayer por la tarde asistiendo a una clase para formadores de Orientación Familiar surgió la palabra "prudencia", como el criterio lógico a seguir cuando se obra con inteligencia.

¿Obrar con inteligencia y prudencia?

Yo, que soy un poco "tiquis-miquis" para esto de los conceptos, me vino a la mente la corriente de moda, el relativismo, y pensé que, debido a su invasión, el término "prudencia" se convierte en uno de los más difíciles de argumentar y objetivar, o lo que es lo mismo...lo que para mi puede ser prudentísimo, para otros, es una gran imprudencia.

Pero...¿es esto cierto, no se puede establecer ningún criterio, es todo variable, acaso tienen todos nuestros actos las mismas consecuencias?

Como nos decían ayer en la clase, normalmente el concepto de prudencia se asocia con "evitar hacer algo", más que con "hacer lo que conviene"; es decir, ante una situación en la que hay que optar por algo, lo que al parecer se considera prudente es "no arriesgar", cuando quizá, lo verdaderamente prudente es "actuar con determinación".

Según la R.A.E (Real Academia Española), prudencia significa:

1. f. Templanza, cautela, moderación.
2. f. Sensatez, buen juicio.
3. f. Rel. Una de las cuatro virtudes cardinales, que consiste en discernir y distinguir lo que es bueno o malo, para seguirlo o huir de ello.

Aquí, en la tercera definición aparece otro concepto, que quizá es la clave de muchas cosas: "discernir".

En esta época de "nada es blanco ni negro porque todo vale", el fondo es quizá la falta de discernimiento de la sociedad, que no quiere complicarse, no quiere pensar, no quiere involucrarse en nada que le pueda perturbar...

Quién no discierne, no distingue..., si no piensas, al final, efectivamente, nada es blanco ni negro, todo se transforma en gris neutro para la persona, con el inconveniente de que nuestros actos, afectan a los que están a nuestro alrededor además de a nosotros mismos...si no existe la verdad, si todo es gris...¿En qué puede sustentarse una persona?

Vuelvo a la prudencia...

En un tema, como por ejemplo, el aborto, en el que, yo, personalmente, no entiendo qué se puede argumentar a favor con todos los datos en la mano, me causa estupor la polémica y ver cómo "la prudencia" se mueve en dos polos tan opuestos.

Para una niña de 16 años que se queda embarazada y quiere abortar...¿Qué sería lo prudente?
¿Qué no se enterasen sus padres?, ¿Qué se le engañe haciéndole creer que después no pasa nada? ¿o quizá que se le proporcione la oportunidad de recibir ayuda y apoyo por parte de sus padres que le ayude a discernir, a valorar la vida que lleva dentro y le sustente ante las dificultades que pueda encontrar o sufrir?

Hago la misma pregunta en otro contexto...Una niña de 16 años a quién le venden droga a la salida del colegio, ¿Qué sería prudente?: ¿Que no se enterasen sus padres, que se le engañe haciéndole creer que después no pasa nada?

¿Algún padre permitiría que el colegio se llevase de excursión a un hijo de 16 años a El Escorial sin consentimiento? ¿Acaso algún colegio lo haría?

Ante el caso de una mujer embarazada que debe afrontarlo en soledad y se plantea abortar, ¿Qué sería lo prudente?: ¿Ayudarle a salir adelante con ese hijo ofreciéndole medios y apoyo?, ¿o decirle que aborte y que luego se las apañe?

Ante la evidencia científica de la vida humana y dando por hecho que todos fuimos un óvulo fecundado...¿Qué sería lo prudente creer?: ¿Que un embarazo es un conjunto de tejidos o que es una nueva vida humana con todos sus derechos que está por nacer?

Muchas veces, el camino que parece fácil, esconde trampas...por eso es importante el discernimiento de la verdad...

¿Cual es la verdad?

Quien piense que lo prudente es considerar que uno es "persona" en el momento que nace y no antes...yo le digo..."si no lo eres antes, entonces, ¿por qué lo vas a ser después?"

Es igual que decir que hoy a las 7:00 de la mañana no era día 26 de marzo en Madrid...pero a las 13 h, sí; o que si quiero plantar un limonero en mi jardín, cualquier semilla vale, porque las semillas son sólo células, el limonero, ya saldrá.

Y es que, no todo, es discutible...ni puede sustentarse en opiniones.

Hay que abrir los ojos...y no tener miedo a "actuar con prudencia", aunque nos cueste reconocer que no siempre llevamos la razón., porque como se dice coloquialmente..."La velocidad se demuestra andando"...y "las cosas, caen por su propio peso".

8 comentarios:

eligelavida dijo...

Me ha encantado la entrada. Sólo recordar unas palabras de Juan Pablo II: “El hombre prudente, que se afana por todo lo que es verdaderamente bueno, se esfuerza por medirlo todo, cualquier situación y todo su obrar, según el metro del bien moral.

Prudente no es, por tanto —como frecuentemente se cree— el que sabe arreglárselas en la vida y sacar de ella el mayor provecho; sino quien acierta a edificar la vida toda según la voz de la conciencia recta y según las exigencias de la moral justa”.

ARCENDO dijo...

Fenomenal entrada, todo para reflexionar muy despacio..con mucha "prudencia"... pero sin MIEDO.
Besos.

Luis y Mª Jesús dijo...

De la mano de la prudencia va la fortaleza, complementándose mutuamente. ¿Para que queremos prudencia si no actuamos?.La PRUDENCIA inspira el obrar en cada circunstancia de la vida con acierto y rectitud. Se vale de la inteligencia, prevé el problema y aporta de la experiencia almacenada, se sirve de la memoria para el consejo adecuado, que ofrece –ejecuta- con valentía.La FORTALEZA es firmeza en la resolución de la voluntad que se sobrepone al desánimo frente a las dificultades, acometiéndolas con valentía, decisión y coraje. Todo ello adobado con TEMPLANZA para ordenar su estado de ánimo, para no dejarse llevar por el vendaval de las circunstancias de la vida y un toque de profundo RESPETO para establecer la comunicación de un modo tierno y cálido, en un ambiente íntimo: DA COMO RESULTADO UN COCTEL BUENISIMO. Si te sale dame las proporciones porque a mí siempre me falla.
Un beso
María Jesús

Hilda dijo...

Me ha encantado el post, empiezas por definirlo del diccionario y luego te vas a lo práctico. En verdad me ha encantado!!!

Y bueno, lo has dicho tú de forma maravillosa, prudencia no es dejar de hacer las cosas, no es miedo a actuar ni reprimirse. Es saber hacer lo correcto en el momento correcto y por las razones correctas y por supuesto para eso necesitamos la sabiduría de discernir.

No sé quien lo dice pero hay una frase "Dios mío, dame fuerzas para cambiar lo que puedo cambiar, serenidad para aceptar lo que no puedo cambiar y sabiduría para notar la diferencia" o algo así y creo que queda perfecto con lo de prudencia.

Un abrazo. Hilda

Guerrera de la LUZ dijo...

A mi también me ha gustado mucho esta entrada Cris.

Lo que verdaderamente me preocupa y me desquicia es lo del relativismo. Pero cómo es posible que alguien con dos dedos de frente pueda pensar que la verdad no existe, que no hay verdades absolutas, que todo vale, que todo es relativo... no me entra en la cabeza.
Y consecuencia del relativismo, todo lo que viene detrás.

Pero vaya casi aún peor es el nihilismo del que tánto ha hablado Benedicto XVI, en concreto el nihilismo festivo.

Un beso wapa. Qué tal en la mani¡¡?
ha estado guay verdad?
Pues sólo es el principio.

Guerrera de la LUZ dijo...

Qué buenos los comments¡

alter-ego dijo...

Pienso que lo mejor es enseñar la educación sexual y concienciar a los jovenes y luego que decidan el camino a elegir.
El sexo "abierto o prostitución" lo único que trae son problemas,enfermedades,disgustos etc.
la Iglesia tiene que implicarse más,pero si el Estado laico no le ayuda ¿porque se quejan tanto de la Iglesia? por hacer las cosa mal desde un principio.Un estado laico nunca funcionará bien. ¿prudencia? es la palabra para quedar bien,o sea no implicarse.Saludos cris.

victoria luque dijo...

"Casa bien trabada, con vigas de madera/
no se desmorona ni con un terremoto;/
así el corazón firme que reflexiona con prudencia,/

llegado el momento no se acobarda.
(Eclesiástico)
Un abrazo.