martes, 11 de noviembre de 2008

MI ESPERANZA ANTE LA TEMPESTAD

Yo no soy experta en leyes, ni en política, ni en Historia, ni en Ciencia, ni en Filosofía, ni, realmente, en nada concreto que sirva para argumentar lo que voy a exponer en este post...

Por eso, realmente, no voy a adentrarme en esos campos que tan bien dominan otros, no debo.

Muchos de los blogs que visito hablan estos días del aborto...de la crisis...de temas terribles y graves que asolan a nuestra sociedad, y que despiertan en mi una gran revolución, unas ganas enormes de remover todo, aunque por otro lado, siento que estamos "vendidos"...tengo "poca esperanza en la justicia social", no confío en los políticos.

Por eso, he sentido la necesidad de escribir este post...porque aunque como ciudadana me sienta llamada a movilizarme, como persona, me siento llamada a dar otro tipo de testimonio...un testimonio de esperanza, de saber, que en los mayores problemas, en los momentos de más dificultad que me he podido encontrar...la vida, siempre ha salido victoriosa.

Hoy voy a hablar de algo que dificilmente me podrán rebatir...es simple y llanamente, mi experiencia personal. Todos podréis opinar, está claro...lo admito, os podrá gustar o no, evidentemente; pero al igual que mi pelo es rizado y mi cara está llena de pecas y eso es así...las cosas que yo he vivido...también son así...

Muchas veces a la hora de hablar de ciertas cosas, me doy cuenta de que no puedo obviar en absoluto el hecho de ser católica...de creer profundamente en Dios...y esto lo llevo grabado a fuego...

"¿Y por qué esto es así?...¿Por qué creo en Dios?...

Yo nunca he sido una persona problemática...más bien "rebeldilla". De familia católica sí...padres practicantes, colegio de monjas...pero...¿Para qué podía yo necesitar a Dios?

Para mi no era más que un "hombre de barba blanca" que posiblemente, estaba en algún lugar...aunque no sabía donde.

Hace ya 20 años...en plena adolescencia me creía la "más lista del lugar" y aproveché mi bien afilado "instinto justiciero" para acusar a una compañera "con toda justicia", delante de todas mis amigas..., lo malo, es que fui durísima y mi compañera, lo pasó tan mal, que todas mis amigas se pusieron de su parte...y me quedé más sola que la una...y ahí empezó mi crisis...una crisis profunda que me hizo "odiarme" literalmente y no encontrar sentido a nada, porque no sólo había perdido mi máximo anclaje en esa edad, mis amigas, sino que además fui consciente de que había hecho algo mal...y no me lo perdonaba.

En medio de todo aquel vacío físico y personal, de soledad absoluta, de tristeza, una persona se cruzó en mi camino y me marcó de tal manera que puedo decir que me hizo resurgir...ahora le veo como un ángel guardián...las circunstancias en las que le conocí fueron además realmente atípicas, arreglaba un tejado en casa de una familia de intercambio en Estados Unidos, donde yo estaba pasando un mes de vacaciones.

Esta persona, era un padre de familia, de vida compleja y difícil, no sabría deciros qué me unió exactamente a él, siempre fue como si nos conociéramos de toda la vida...no olvidaré nunca la primera vez que se cruzaron nuestras miradas cuando yo bajaba la escalera de aquella casa mientras él subía a la suya...¿No es simbólico?

Resultó ser un amigo de la familia...luego, además de en sus horas de trabajo, seguimos viéndonos en ocasiones...yo fui a esta misma familia cuatro veranos seguidos con lo que nuestro lazo se afianzó, aprendí mucho con él, principalmente, a "quererme un poco a mi misma".

El tercer verano, hicimos una excursión, pero tuvimos un accidente terrible en una lancha en la que íbamos cuatro personas.

como su cuerpo quedaba sumergido y le atravesábamos con el motor de la lancha...permaneció sumergido durante 10 minutos de angustia y gritos...donde todo era oscuridad...donde el mundo se me vino encima y en aquella incapacidad para reaccionar y angustia se transformó en un grito silencioso: "Dios...si estás ahí, haz que viva y creeré en ti, necesito que no te lo lleves".

Y tras aquellos diez angustiosos minutos, como un auténtico milagro, resurgió del fondo del agua...vivo...aunque muy dañado.

Aquel momento transformó por completo mi vida, porque me sentí literalmente escuchada por Dios, fue tan real...tan absolutamente imposible o incomprensible a nivel humano...que no me quedó más remedio que creer...

Cuando llegué a España y retomé mis clases...en mi cabeza no tenía otra cosa que la necesidad de acudir a una iglesia para recibir catequesis de confirmación...deseaba confirmarme...y para mi, era como sellar un pacto...un primer paso por mi parte.

Y me confirmé en la parroquia más cercana a mi colegio junto con dos amigas...la primera donde preguntamos si había catequesis aunque no estaba cerca de nuestra casa...


Pero, y después de la confirmación, necesitaba continuar...¿cómo acabar todo ahí?, apenas sentía que había descubierto un tesoro...y me dejé guiar..


El párroco se comprometió a avisarnos al cabo de unos meses...iban a empezar unas catequesis para jóvenes y adultos.


Pasó el tiempo y me olvidé, pero un día recibimos un sobre con una estampita que nos invitaba a las catequesis. Mis amigas el mismo día que comenzaban me llamaron y me dijeron que no iban a ir...me entró miedo y decidí no acudir yo tampoco...

Pero cinco minutos antes de la hora en que comenzaban, sentí en mi interior una fuerza que me impulsó a salir...le cogí a mi madre dinero de su bolso y me fui en un taxi...y las escuché.

Han pasado 17 años, los mismos que tenía entonces...y sigo en la misma parroquia, donde además, conocí a mi marido, donde vivimos juntos nuestra fe y junto a la cual formamos nuestra familia, ya que, "providencialmente" encontramos casa muy cerquita...en una zona, donde nunca pensamos que pudiéramos vivir. Un gran regalo.

Scott, mi amigo del accidente...sigue aquí, cerca de mi...a día de hoy está totalmente recuperado y a pesar de la distancia, seguimos muy unidos...yo le debo "la vida"...y sólo Dios sabe si él, a aquella oración también.

Por eso y por muchas otras cosas que me han ocurrido...sólo puedo invitar a la confianza y al testimonio desde la fe.

La fe en un Dios que escucha y tiene el poder de cambiar el corazón humano...la fe en la oración sincera, la fe en las personas que se cruzan en nuestra vida y nos dan un rayo de luz...

La fe en un corazón, que sintiéndose amado...puede devolver amor.

La muerte nunca va a salir victoriosa...aunque pretendan que así lo creamos.

8 comentarios:

Ana dijo...

Me atrapó la historia. Muy emocionante y conmovedora...

Yo creo que además de todo lo que decís, tener fe nos hace vivir con una paz que no tendríamos de otro modo.

Beso enorme!

ARCENDO dijo...

Después de la tempestad, dicen que llega la calma, pero si así no fuera, sabemos que incluso en el temporal siempre encontraremos la mano tendida del que caminaba en las aguas y es dueño y Señor del tiempo y de las mareas, por procelosas que sean las aguas.
Rememos pues, sin miedo, mar adentro, no estamos solos.
Besos.

AleMamá dijo...

Me he leído de cabo a rabo tu post. Lindo e impresionante testimonio.
La vida no la para nadie, sólo el crimen puede hacerlo contra el que la da y el que la ha recibido.
¡Arriba los corazones!

CRIS dijo...

La historia, la verdad, es que es intensa...como tantas otras cosas hay que vivirlo para entender como algo así puede dar un cambio radical a la vida...

Luisa, no me creo valiente...la procesión va por dentro...jajaja. Besos...ya queda muy poco para que lo compruebes por ti misma.

Ana...eso de la paz...jajaja, a mi la fe me hace vivir con la adrenalina a tope, y combatiendo contra diestro y siniestro...pero sí, entiendo lo que quieres decir, y yo también me siento en paz cuando me apoyo en ella.

Arcendo...lo importante es haber experimentado esa paz, porque tormentas, hay tantas...que o se tiene la esperanza, o te hundes...

Alemamá, encantada de verte por mi blog...como digo a todos, la familia bloggera es cada vez más grande, y aunque siempre nos leemos en comentarios en diversos sitios, es un lujo poder contar con vuestras visitas y opiniones. La vida, efectivamente, no la para nadie...en este mundo puede que sí, por desgracia...pero tenemos otra esperanza.
Gracias por tus palabras y por enlazarme, aprovecho para hacer yo lo mismo.

Un abrazo a todos, valoro mucho lo que me decís.

Luis y Mª Jesús dijo...

Querida Cris, es una conversión "a lo bestia".
Estoy de cuerdo contigo en que vivir la fe y rezar es el mejor testimonio, pero creo que cada uno en esta vida tiene una misión que cumplir.
Dios puede todo y en un momento puede dar la vuelta a este mundo de locos y acabar con la pornografía, el aborto.... pero, por una extraña razón que no acierto a comprender, ha dejado muchas cosas en nuestras manos. Creo que así como las monjas de clausura deben concentrarse en rezar y los curar el administrar sacramentos; los cristianos tenemos la apremiente obligación de defender este mundo del mal, no porque Dios no pueda, sino simplemente porquenos lo ha encomendado. Quizá la inactividad de tantos años sea la causa de que tantas personas de buena fe esten engañadas. Seguro que todos contarán con su oportunidad de afirmar a Dios pero puede que Dios contara con alguno de nosotros para abrirle los ojos un poco antes.
Es tiempo de héroes según el enlace de un escrito amigo de la 1ª Comunidad de Léon ( se refiere a educación para la ciudadanía).
He experimentado el error de tantos jóvenes en materia de aborto a raiz del embarazo de Isabel que me considero culpable de dejadez en tantos años.
Un beso

http://www.hazteoir.org/node/14831

CRIS dijo...

¿Eres Luis o Mª Jesús?

No me atrevo a apostar en esta ocasión...¿Luis? jajaja.

Ya sé que esto va por el comentario del otro día en el blog...pero yo estoy totalmente de acuerdo con vuestro punto de vista, sólo añadí algo de mi cosecha.

Lo que ocurre es que, por lo que veo a mi alrededor, tengo la sensación de que se le está dando a este movimiento social un protagonismo, si no excesivo, porque cualquier cosa que se haga, es importante, si, quizá "exclusivo".

A eso me refería yo...

Me siento un poco...teledirigida...no sé...en un saco que no tengo claro que sea el mío...al menos, así como se plantea.

Cada uno sabrá qué puede dar...para mi, lo más valioso, es mi fe, lo demás, pude ser útil, pero es simplemente un complemento.

Lógicamente, habrá quien lo viva al contrario...

Como dices..."cada uno que aporte lo que pueda...pero, sobre todo, que aporte".

Ahí estamos, aunque sea malamente.

Besos

Hilda dijo...

Que hermoso Cris, y es que precisamente la fe en Dios es lo que nos mantiene vivos. Yo miro hacia atrás, veo mi vida, recuerdo los momentos amargos y me doy cuenta que sin Dios no estaría ni viva, ni cuerda.
Un abrazo. Hilda

Sergio dijo...

Muchas gracias por tu testimonio.

Este tipo de cosas ayúdan a muchas personas. Y como Dios es vivo y verdadero.. pues actúa.. sí, yo creo que se te dió una oportunidad, y comenzó al conocer a esa persona.

Dios habla de formas extrañas a veces, pero que lo vemos de una forma muy clara.

Sí, yo también opino que los crsitianos tenemos el deber de hacer el bien, de ser ejemplo que lleve a la luz y que usemos la palabra..a pesar de las contrariedades tan grandes de hoy día.